Siguiendo las historias y leyendas de mi bello pueblecito de
San Lucas Tolimán; tenía que escribir algo a un ser vivo que fue muy importante
en el diario vivir luqueño, no podía pasar desapercibido o querer hacerme el
loco, al no plasmar el recuerdo del famoso y muy especial por la ubicación y la
historia que arrastra, mi querido amigo legendario ya extinto árbol de Amate,
este creció, vivió y murió aunque no murió erguido como es lo normal sino todo
lo contrario, son su tronco y sus ramas aun frescas muy verdes acostado con su
chamarra puesta como lo haría todo abuelo del pueblo o todo loy, murió en una
cama grande de cemento y tierra, caliente y helada a la vez.
Quiero dejar estas letras, tal como yo lo percibo para que
lo lean todos pero muy especialmente los niños de nuestro querido pueblo, para
que conozcan otra diferente historia de mi amigo don Amate.
Don Po´j, nunca fue culpable que naciera y creciera en
nuestro concurrido y recordado parque central.
Nunca se casó paso parte de su vida al cuidado de todos los suyos y de
muchos otros más, aunque no fueran de su misma especie, quiero decir: cuido
mucho de los animalitos, aves que en el anidaron y de bastantes niños que
jugaron en sus ramas y subiendo a la
punta de su copa, más cuando se realizaban eventos especiales como decir el
convite, las fiestas patronales, fiestas nacionales. ¡Ah que días más placenteros
vivía mi recordado amigo!
Amó y cuidó tanto a los niños que cuando jugaban en todas
sus ramas y en su tronco, siempre los protegía para que no se cayeran en
especial cuando se celebraba algo en la cancha o en sus alrededores, recuerda
cuando le quebraron tres ramitas de su espalda quien se iba a imaginar que
aquel centenario árbol que cuidó a muchos seres vivos fuera tirado por socavamiento
de tierra en sus raíces por sus mismos protegidos y antes de morir me conto,
que los que poco a poco lo llevaron hasta su muerte, fueron los que cuando
niños jugaron en sus ramas y alrededores, se empeñaba para proveerles sombra y
se descansaba en las bancas bajo sus ramas.
Recuerda que desde niño lo cuidaban regándolo con mucha
frecuencia y abundancia, hasta le fabricaron una baranda de caña amarradas con
pita de maguey. Don Amate siempre se llevó bien con don Hormigo y doña
Araucaria (también desaparecida por la mano del hombre) crecieron juntos,
jugaron en todo el parque, me dijo que vivió una niñez feliz, también recuerda
cuando plantaron a Doña Ceiba Pentandra, era muy bonita y gordita cuando
pequeña junto con don Hormigo siempre la protegieron, para que no se quebrara alguna de sus ramitas
al jugar.
En los días de mercado, cuando el sol hacia su presencia con
sus rayos de luz bien fuertes, los mercadores hacían champitas fabricadas de
caña, amarradas con bejucos en todo su alrededor eran bien alegres esos días
cuya plaza abarcaba toda su sombra como también parte del parque eran más que
suficiente para albergar a todo el mercado en esa época, eran los días de las
cuatro décadas de su vida, era el tiempo donde no sufría de ningún achaque, ni
mucho menos enfermedad, estaba en su plena juventud sus raíces bien fuertes muy sanas por lo cual
muchos arbolitos estaban muy celosos del porqué muchas arbolitas deseaban
estrechar sus ramas con las de don Po´j, pero este se dedicaba más a la
atención, protección de todos los que
visitaban el parque central y a muchos niños que jugaban por sus alrededores.
Lo que si nunca le agrado era cuando llegaba el invierno,
entonces lo visitaban en sus ramas y hojas y aunque no le pedían permiso, les
daba alojamiento, hospedaje y alimentación a un montón de gusanos muy negros de
cabeza roja y muy chimalles (espinudos) que al contacto con los niños sufrían
hasta de calentura por eso don Po´j se
incomodaba y al mismo tiempo descansaba porque no se jugaba en sus alrededores
mucho menos en su tronco, hasta que sus huéspedes se iban. La madre naturaleza
siempre coordinando la sobrevivencia natural de los seres vivos en el ciclo de
la cadena alimenticia y supervivencia.
También me conto, que por las noches lo visitaban y
acobijaba a muchos jóvenes enamorados los cuales se fundían en abrazos de amor
en su tronco acompañados de rayos de plata en las noches de la luna llena,
vertidos bajo sus ramas de diferentes formas y figuras protegiendo a las
parejas de enamorados; Don Hormigo y Doña Ceiba siempre se ponían celosos ya
que bajo sus sombras, eran menos las visitas de las parejas y enamorados en
noches de luna llena, hasta el Colibrí y
Azucena tuvieron la dicha y el honor de estar bajo su sombra con su
frescura. Era así como se la pasaban todas las noches comunicándose con el
lenguaje de los árboles y danzando al compás del viento enseñando con el
ejemplo a un montón de arbolitos, animalitos y pajaritos que en ellos
habitaban, eran los tiempos mozos de Don Amate, en donde era mínima la
contaminación y sin hacer mucho daño al entorno ecológico del pueblo, entonces
se veían al montón de arbolitos, que como desfile del 15 de septiembre
caminaban hacia la orilla del lago para darse su respectivo baño, así poder
quitarse todo el polvo de sus hojas, era de mucha alegría el necesitado
chapuzón. Me conto que la orilla del lago era bien limpia, no abundaba la
basura, ni mucho menos plástico y latas como lo hay ahora, pero también me
dijo; que la única contaminación que había era la que producían las
chimeneas del pueblo porque solo con
leña se cocinaba entonces el fuego pasaba encendido todo el día por lo
consiguiente echando mucho humo, aunque no era mucha la población como lo es
ahora.
Don Po´j no tuvo nunca hijos mucho menos nietos, pero todos
los del pueblo siempre se dirigían a él como el abuelo Amate o el Loy Amate. Me
conto que lo que nunca se le olvidara fue el recuerdo de un día domingo; se
realizó una rifa bajo su sombra se rifaron varios premios, entre ellos una
linda y hermosa muñeca, nunca antes vista, recuerda que era de pelo color
canche, ojos azules, güipil de color rojo con negro y un corte de color celeste
con zapatitos de color blanco, se alegró mucho cuando se la entregaron a su
ganadora, la recibió con una sonrisa bien grandota y una expresión de su rostro
muy feliz, sus ojos brillantes como estrellas en el cielo oscuro poco falto
para que se le salieran, fue un amor el encuentro de la niña y su hermosa
muñeca, fue el día más feliz que recuerda y más al ver la felicidad total e
ingenua de la bella niña. Cargando a su nueva amiga, su muñeca, de la mano de
su mama, seguro que amo mucho a su amiga.
Cuando supe la noticia que don Amate, había dejado este
mundo, me entristecí mucho, por la forma en que murió, creo que tenía que vivir
un poco más y morir de una forma digna, pero que le vamos a hacer contra las
voluntades e intereses de los hombres y la de nuestras autoridades. Eleve una
plegaria al creador, para desear por el descanso eterno de don Amate, seguro
que paso a una mejor vida siempre que llego al parque, veo el espacio donde
creció, vivió y murió mi querido amigo es cuando más me entristezco y entonces
le deseo descanso infinito, cierro los ojos, elevo una oración al creador,
pienso en el recuerdo precioso de don Amate; entonces es cuando lo veo muy
feliz y contento en el jardín de la eternidad.
Amate tú para poder amar a los demás.
Nt`utuj, nimol, sachb`al numak chawe, minol po`j yi kataxlan
yi tob`eb`al.
Con tu permiso amigo Amate, descansa en paz
Autor: Mauricio Olmedo
El Loy Chortí
San Lucas Tolimán, "Cuna de Loyes"

Se encuentra ubicada al sur del hermoso Lago Atitlán, en el Departamento de Sololá, en su territorio se ubican los volcanes Atitlán y Tolimán. Su fiesta titular se celebra del 15 al 20 de octubre, siendo el día principal el 18.
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